La historia del “Piri” Macagno, hijo de desaparecidos

La historia del “Piri” Macagno, hijo de desaparecidos

“Piri” es, en la actualidad, secretario de Turismo de la Provincia y presidente de Energía San Luis Sapem. Ocupó otros cargos en públicos en organismos nacionales y en la Municipalidad de San Luis; y hasta fue concejal y presidente del Concejo Deliberante de la capital sanluiseña.

En ocasión de conmemorarse, este 24 de marzo, el 47° aniversario del inicio de la dictadura que se inició en 1976 y se extendió hasta 1983 en la Argentina, Macagno visitó los estudios de Radio Ciudad para repasar lo que pudo reconstruir de la historia de sus padres y de la suya propia.

“Nunca tuve resentimiento para con nadie. Toda tragedia familiar uno la va procesando y hay momentos en que uno se cuestiona, se pregunta, pero no con resentimiento ni con odio. Quizá tuve la suerte de criarme con mi abuela, con mi familia biológica, y en un entorno como la provincia de San Luis, un lugar chico, con tranquilidad. Pero nunca tuve sentimiento de venganza, a veces sí una sensación de injusticia, de vacío, de angustia”, cuenta Macagno.

Godoberto “Godo” Fernández había nacido en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, el 27 de enero de 1949. Luego de terminar el secundario, se fue a La Plata, para estudiar diseño industrial en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de esa ciudad. Fue militante de la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN) y de la Juventud Peronista.

Durante sus años de universitario y militante conoció a Ana María “Loli” Ponce, puntana nacida el 10 de junio de 1952, que se mudó La Plata a estudiar Historia y Ciencias Políticas. También militó en la FURN y la JP.

“Godo” y “Loli” se casaron en 1974 y juntos militaron en Montoneros, después de participar del acto de la vuelta al país de Juan Domingo Perón, en Ezeiza. En esos años de militancia y lucha, conocieron a Néstor Kirchner, quien luego sería presidente de la Nación. “Loli”, incluso, entabló una relación de amistad con el sureño que se había radicado en La Plata para estudiar abogacía.

En el tiroteo que se produjo en el Puente 12 durante el recibimiento a Perón después de 18 años de exilio, la amistad con Néstor les permitió ponerse a resguardo. “Néstor Kirchner me contó que cuando se arma la balacera, él iba manejando un rastrojero donde se escaparon mi mamá y mi papá”, recordó “Piri”.

Con la pareja ya en la clandestinidad, por la creciente represión previa al golpe de Estado, nació Luis Andrés, en La Plata. El matrimonio, luego, se mudó a Buenos Aires.

Cuando sobrevino el derrocamiento del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, en 1976, la persecución se agudizó: “Godo” fue secuestrado por fuerzas militares el 10 de enero de 1977, en el trayecto de Buenos Aires a La Plata. El lugar donde estuvo detenido y lo que pasó después con él aún hoy es una incertidumbre.

Ese mismo año, el día del cumpleaños número dos de “Piri”, el grupo de tareas de la ESMA secuestró a “Loli”. Fue en inmediaciones del Zoológico de Palermo, Buenos Aires.

“Lo que pude reconstruir es que ella estaba conmigo y, no era una escena de persecución pero detecta que algo pasa, me entrega a una compañera y la detienen”, detalló Macagno. Esa compañera era Marcia Seijas.

Como había nacido en la clandestinidad, y por ende su nacimiento no había sido registrado,  “Loli” colocó en el cuello del pequeño una medalla con su nombre y el teléfono de Elba Susana Macagno, su abuela en San Luis.

La joven madre – en ese momento tenía 25 años – fue derivada al centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde escribió varios poemas en una máquina de escribir o a mano, cuando tenía la oportunidad.

Cuando a “Loli” le comunican que iba a ser trasladada, el 6 de febrero de 1978, intuyó que ya no iba a regresar, y le pidió a una compañera, Graciela Daleo, que le guardara los escritos. Ese mismo día la asesinaron, en el Salón Dorado de la ESMA, pero su cuerpo nunca fue entregado a su familia.

Solo un par de meses más tarde, la familia Seijas entregó al niño a su abuela, que lo trajo a San Luis, y lo inscribió con su apellido (Macagno) y el del papá de él (Fernández).

En su primera infancia en la provincia puntana, esas vueltas extrañas de la vida hicieron que “Piri” compartiera nivel inicial con nietos de uno de los dictadores más crueles. “Yo iba a un colegio y era compañero de los nietos de (Jorge Rafael) Videla; o sea, (ellos) no tienen ningún tipo de responsabilidad, pero se daba esta situación”, rememoró Macagno.

Cuando Néstor Kirchner asumió la Presidencia, en 2003, comenzó a realizar un repaso para recuperar la memoria de aquellos años. En ese ejercicio tomó conocimiento del fatal destino de su antigua amiga de los años de militancia. También supo que había escrito poemas y que los originales estaban en poder de su hijo “Piri”. Llegaron a él gracias a Daleo y a otra compañera de su madre, que después de la dictadura se encargaron de entregárselos a Elba.

“Es todo un proceso y no es fácil identificar en qué momento uno pensó tal cosa o tal otra. Tampoco en qué momento tomé contacto con esos poemas. Los tenía mi abuela y cuando fui un poco más grande me los dio”, analizó el hijo de Godo y Loli.

Sí recuerda que en 2004 visitó la ESMA por primera vez, cuando empezaban a asentarse el repaso por esa parte oscura de la historia argentina. “Fue un año muy fuerte. Néstor decidió publicar sus poemas, escribió el prólogo del libro, y se entregaron 30 mil ejemplares ese día”, añadió.

A 47 años del más sangriento golpe de Estado que sufrió el país, sostiene que la memoria y el “Nunca Más” debe ser un ejercicio constante, sobre todo para transmitirla a las nuevas generaciones: “No hay que abandonar todo lo que tiene que ver con los jóvenes. Entiendo que en los planes de estudios está bien explicado, en las escuelas se trabaja bien el tema. Hay hechos puntuales que para nosotros significó muchísimo (como bajar el cuadro de Videla del Colegio Militar, en 2004), pero para los jóvenes de hoy es algo que pasó hace 20 años, no tienen forma de saberlo o recordarlo. La centralidad de la historia tiene que pasar por lo que se está contando ahora, con la verdad de lo que ocurrió y lo que significó; y el riesgo que significa la posibilidad de perder un sistema democrático”.

Reconoce que no es una tarea fácil: él, con su historia familiar, admite que hasta le cuesta hablar del tema con sus hijos. “Uno está acostumbrado a hablar con gente de su edad, con gente más grande, y es difícil hablar con los hijos. A veces me quedo sin palabras”, dice.

Tal vez por los genes de sus padres, “Piri” también se inclinó por la política, tras sus años de estudiante en Córdoba. Y lo hizo en momentos críticos del país: “A fines de los ´90 empecé a tener inquietudes y a consumir todo lo que tiene que ver con cuestiones sociales, políticas y económicas. La llegada de Néstor Kirchner me posibilitó encontrar un espacio de militancia; la crisis que había generado el neoliberalismo la sufríamos todos y necesitaba canalizarlo por algún lado; su llegada hizo que pudiera transformar en acción lo que llevaba adentro”, completó.

Su actuación en el microclima de la política le permitió, por ejemplo, participar de una de las políticas actuales que, salvo excepciones, ya no se discute en ningún lado de la grieta: la creación de la Asignación Universal por Hijo.

“Formaba parte de la casa central de ANSES, trabajamos en el diseño de la AUH. Coordiné la unidad interministerial que la instrumentaba. En ese momento, se firmaban convenios con todas las provincias para intercambiar información para que las mamás pudieran cobrarla. San Luis no firmó y, entonces, diseñamos la Certificación Negativa, donde las mujeres iban al Gobierno para que les firmaran que ellas no eran beneficiarias de un plan, y logramos que cobraran la asignación”, relató.